Reflexionario

abril 12, 2007

Identidades asesinas

Filed under: identidad,inmigración,integración,nacionalismos — Oscar Mauricio @ 7:49 am

¿Medio francés y medio libanés entonces? ¡De ningún modo! La identidad no está hecha de compartimentos, no se divide en mitades, ni en tercios o en zonas estancas. Y no es que tenga varias identidades: tengo solamente una, producto de todos los elementos que la han configurado mediante una «dosificación singular que nunca es la misma en dos personas». (…)
Y si digo dos es por simplificar, pues hay en su personalidad muchos más componentes. Ya se trate de la lengua, de las creencias, de la forma de vivir, de las relaciones familiares o de los gustos artísticos o culinarios. Esta situación es para esta persona una experiencia enriquecedora y fecunda si se siente libre para vivirla en su plenitud, si se siente incitado a asumir toda su diversidad; por el contrario, su trayectoria puede resultarle traumática si cada vez que se confiesa francés hay quienes lo miran como un traidor, como un renegado incluso, y si cada vez que manifiesta lo que lo une a Argelia, a su historia, su cultura y su religión es blanco de la incomprensión, de desconfianza o la hostilidad.

Debido a esta situación, que no me atrevo a llamar «privilegiada», estas personas tienen una misión: tejer lazos de unión, disipar malentendidos, hacer entrar en razón a unos, moderar a otros, allanar, reconciliar… su vocación es ser enlaces, puentes, mediadores entre las diversas comunidades y las diversas culturas.

Igual que otros hacen examen de conciencia, yo a veces me veo haciendo lo que podríamos llamar «examen de identidad». No trato con ello de encontrar una pertenencia «esencial» en la que pudiera reconocerme, así que adopto la actitud contraria; rebusco en mi memoria para que aflore el mayor número posible de componentes de mi identidad, los agrupo y hago la lista, sin renegar de ninguno de ellos.

Es nuestra mirada la que muchas veces encierra a los demás en sus pertenencias más limitadas y es también nuestra mirada la que puede liberarlos.

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Identidades Asesinas. Amin Maalouf. Madrid, 2007. Ed. Alianza.

febrero 20, 2007

Como comportarnos en público

Filed under: discriminación,inmigración,integración,política,tolerancia — Oscar Mauricio @ 8:45 am

Pensamos que los pueblos pertenecieron desde siempre a su territorio, y olvidamos que la historia estuvo llena de tribus humanas en continuo movimiento.
La herida en la piel de la diosa – William Ospina

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Cuando yo estaba cursando cuarto o quinto de primaria teníamos una clase que se llamaba «Urbanidad» en la cual se nos enseñaban al lado de matemáticas, geografía o historia las normas mínimas para saber como comportarnos en público. Si, por increíble que suene teníamos una clase para decirnos: “introducir un dedo en la nariz en público (nada decía de lo privado) es de mala educación”, “cuando una persona de edad suba al bus y usted se encuentra sentado, debe ceder el puesto”, o, “se demuestra una muy mala educación cuando llegamos a una casa que no es nuestra y criticamos la decoración o las maneras de comportarse de sus propietarios”.

Hace poco tuve que acordarme de esas clases que recibía en el colegio, y especialmente de la última recomendación. He buscado en internet el libro «La Urbanidad de Carreño» que era la guía para esa clase, pues estoy interesado en saber que dice sobre cuando deja uno de ser visitante, y se convierte en habitante de la casa. Me explico. En una cena a la cual asistimos personas de Latinoamérica y Europa, me encontré en una situación en la cual me sentí como si hubiera olvidado esa premisa aprendida desde la primaria: si soy visitante no puedo comentarios negativos sobre las costumbres de quien me acoge. El hecho desencadenante de esta reflexión fue un comentario que hice sobre la cantidad de personas que fuman en España*, pues desde mi punto de vista es un número muy elevado y que dependiendo del sitio, me resulta incomodo y prefiero no entrar. Esta sensación es compartida por el 18% de españoles que dicen sentirse «molestos muy a menudo» con el humo de los cigarrillos. Mi comentario generó una lluvia de comentarios dentro del más estricto cumplimiento de las normas de Carreño, es decir con mucho respecto, y que giraban en torno a dos elementos principales: (i) al no ser de aquí debía aceptar, respetar y entender sus costumbres, (ii) y que mi derecho cuestionarlas no era igual al que puede tener un «nativo» -esto último más que un tema, era una sensación, o quizas una paranoia personal. Es decir, el tema de lo molesto que resulta para mi entrar a un sitio a cenar y salir oliendo a cigarrillo, era secundario. El centro de la discusión era mi posición crítica sobre eso que aquí se ve tan habitual.

No puedo negar que al finalizar la cena, que por cierto, era un restaurante lleno de humo de cigarrillo, me sentí como un grosero que no sabe respetar a quien le acoge y un desagradecido con todo lo que me ha dado este continente, y de la mejor manera que pude, maticé mi comentario. Sin embargo, después de hacer una larga reflexión sobre la validez de los comentarios que escuché, no puedo hacer otra cosa que, ahora sí, criticar la distinción que se hace entre visitante y habitante. De nuevo, me vuelvo a explicar. Una persona que lleva más de una sexta parte de su vida en un país, paga los impuestos, trabaja, lee y habla la lengua de la sociedad que lo acoge y conoce su cultura e historia, se le puede decir que está de paso, que es un visitante? Yo no creo. Considero que se le debe -no «se le puede»- considerar como un habitante con lo positivo y negativo que eso representa, con el deber de pagar impuestos, pero con el derecho de disfrutarlos, con el deber de aceptar las costumbres de quien lo acoge, pero con el derecho de opinar sobre esas mismas costumbres.

En los edificios privados y en algunos públicos, en la entrada los encargados de seguridad se encargan de entregar un autoadhesivo a las personas que no trabajan en el edificio que dice «visitante». Dependiendo del color del autoadhesivo tienes derecho a estar en una u otra planta. La preocupación que está detrás de estas reflexiones es el temor a que por mucho que me integre o me mimetice en esta sociedad, estos esfuerzos no sean suficientes para tener el derecho a cambiar el autoadhesivo por uno que diga “habitante”, o mejor… quitarme cualquier etiqueta que se me ponga desde el exterior, y tan solo ponerme aquellas que yo escojo y decido (pero en esto último no me hago ninguna ilusión, ni aquí ni en ningún lugar).

Una mirada perdida al respecto de todo esto:

En Estados Unidos el exalcalde de Nueva York es nieto de inmigrantes italianos, y un senador es hijo de una pareja conformada por un keniano y una estadounidense (seguramente hija de inmigrantes). Los dos son pre-candidatos a la presidencia. Algún día pasará lo mismo acá en Europa?… un hijo de turcos candidato a la presidencia de Alemania, un marroquí candidato a la alcaldía de Madrid… o lo máximo, un candidato negro, chino o latinoamericano a la alcaldía de Paris, Londres, Roma… como digo al comienzo… son tan solo miradas perdidas.

*Según estadísticas oficiales España es en conjunto con Italia y Japón, los países que a nivel mundial donde más cigarrillos se fuman por habitante.

enero 30, 2007

Contradicciones

Filed under: contradicciones,diamantes,inmigración,marihuana,sin papeles — Oscar Mauricio @ 5:03 pm

Contradicción: f. Afirmación y negación que se oponen una a otra y recíprocamente se destruyen.
Diccionario de la Real Academia Española
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Un breve recopilatorio de «imágenes» que en los recientes días he visto en las noticias. Cada una de ellas me parece que está relacionada con las otras, pero por comodidad muchas veces preferimos verlas separadas: es más cómodo, molesta menos la conciencia y vistas cada una de manera independiente, no parecen ser para nada contradictorias.

(-) En el festival de ropa urbana Bread & Butter que se celebró en Barcelona, Antonio Miró, uno de los diseñadores más reconocidos de España, puso a desfilar a inmigrantes «sin papeles» -personas que no tienen permiso ni para residir ni para trabajar en España, «personas ilegales», o en su versión políticamente correcta: «personas en situación irregular»- pues eso le da «buen rollo». La compensación que recibieron los modelos: 100 euros y una camisa. (Ver noticia)

Algunas miradas perdidas:

* Aunque el Ministerio de Trabajo investigue esta contratación ilegal, habrá alguna penalización?
* Ironías del destino, el nombre del festival se traduce literalmente como «pan y mantequilla», y las personas que más han dado que hablar del festival son los que vinieron de muy lejos para ganarse el pan diario.
* Estos modelos recibieron un poco de dinero y una camisa. Cuanto cobrará una modelo que viene de más cerca, París por ejemplo, pero en avión?…

(-) Existe un convenio (Convenio Berkeley) entre los productores (generalmente africanos) y los importadores de diamantes (lógicamente países ricos) para garantizar que los diamantes que se importen no financien las guerras en los países productores. Uno de los mecanismos que existen es que el país exportador no puede estar en un listado donde está demostrado que los diamantes subsidian la compra de armas. Este mecanismo, en principio simple y eficaz, permite cosas como que el 47% de los diamantes que Inglaterra importa vienen de Suiza. Lógicamente Suiza no está en ninguna guerra, no produce ni ha producido diamantes, pero si exporta, y muchos, diamantes.

(-) «Si no fuera por la aromática humareda que preside el recinto, bien podríamos estar ante una feria de jardinería. Venta de fertilizantes, plaguicidas, reguladores de temperatura y hasta consejos para fabricar invernaderos caseros.» Así empieza el reportaje a la feria del cañamo que se celebró hace un par de semanas en una ciudad vecina a Barcelona, L’Hospitalet. La primera vez que oí la palabra cañamo pensé era una feria dedicada a una cuerda que utilizan los campesinos en el Tolima (Colombia) para sus atados de panela. En Europa se hacen ferias de todo, sin embargo no estaba seguro que se organizara una dedicada a un tipo de cuerda de mi país, así que miré con detenimiento a que se refería esa feria. La feria para los no entendidos en estos temas es una feria de la marihuana. Pero no hay para preocuparse, «en esta feria no se busca fomentar el consumo», tampoco «se vende ni promueve nada que no sea legal» y como en la variedad está el placer hay «una semilla para cada consumidor y un consumidor para cada semilla», según lo afirman los expositores. Así que la feria de los sentidos fue disfrutada por 18.oo0 personas y si alguien se quedó sin asistir, cerca de Madrid (la ciudad española, no la colombiana, en esta última hubiera sido un escándalo y descaro de tamaño mundial), organizaron otra feria con el mismo objetivo.

Algunas miradas perdidas:

* Propongo organizar la feria de la coca en Colombia. Si existe mercado para la «maria», debe existir mercado para una de coca, así estimulamos el turismo de los países que lo importan.
* Que pasaría si yo como colombiano entro a inmigración de cualquier país europeo con unas semillas de cañamo?… no lo sé, pero tengo la certeza que no quiero ni siquiera intentarlo.

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Por razones personales no había podido actualizar el blog… espero, y quiero, poder actualizarlo a la frecuencia que lo hacía anteriormente!!!!

enero 16, 2007

Sobre nuestra responsabilidad (I)

Filed under: inmigración,integración,rechazo,responsabilidad — Oscar Mauricio @ 5:05 pm

En la entrada anterior uno de los comentaristas tocaba un tema muy interesante y que se ajusta a esta entrada que casualmente venía «masticando»: la responsabilidad de nosotros como inmigrantes en el proceso de integración en la sociedad de acogida.

La victimización, entendida como el sensación de pensar que el entorno es el culpable de las circunstancias personales, es el mecanismo de defensa en el que más frecuente y fácilmente caemos los inmigrantes cuando llegamos a una nueva sociedad. Pensamos que aunque hacemos todo lo posible por integrarnos, la sociedad «de acogida»no hace el mismo esfuerzo por arroparnos -como lo dice otro de los comentaristas- y aceptarnos. En algunos casos aislados esta afirmación es válida, sin embargo, la constante ocurrencia de «hechos aislados» configuran una imagen que se acerca más al de una sociedad que rechaza al inmigrante en lugar de aceptarlo, que representa el miedo a lo desconocido de una sociedad (la europea) que hace tan solo 100 años representaba a nueve de cada diez inmigrantes en el mundo y que teme enfrentarse con ese reciente pasado. En conclusión, esos pequeños pero constantes hechos aislados de rechazo al inmigrante, terminan constituyendo un imaginario colectivo que lo único que hace es alimentar un sentimiento de victimización y minusvalía entre los inmigrantes (1).

Desde la anterior perspectiva, la sensación de «ser una víctima», que todos los inmigrantes hemos experimentado en mayor o menor grado, la considero justificada, válida e incluso, inevitable. Sin embargo, es importante que como inmigrantes también reconozcamos que es necesario hacer un esfuerzo adicional al que ya hicimos en dejar lo nuestro, no es un esfuerzo sencillo, pero que creo es la única manera de no condenarnos (aunque muchas veces ya es inevitable) a una mutua exclusión. Quizás desde la sorpresa que le ha causado a esta sociedad de acogida nuestra llegada pueda explicar a que me refiero con ese esfuerzo adicional. La mayoría de los estudios económicos dicen que Europa necesita a los inmigrantes para mantener su estado de bienestar y en países como España debido a su baja tasa de natalidad y la dinámica de su economía -alimentada principalmente por el sector donde se necesita más mano de obra barata: la construcción- necesitan inmigrantes de manera más acusada. La necesidad de los inmigrantes para mantener la calidad de vida es, por lo tanto, un punto en el cual coinciden casi todos los responsables políticos europeos y es el mensaje que se transmite desde los medios de comunicación. Ahora bien, una vez que los inmigrantes llegamos y comenzamos a trabajar, asumimos el rol, casi único, ante la sociedad de trabajador o aportante a la seguridad social. Sin embargo, cuando comenzamos a arraigarnos en esta sociedad comienzan a surgir nuevas necesidades para poder cumplir con esos roles, y pedimos derechos acordes a las obligaciones que tenemos, y es en ese punto donde aparecen los problemas de convivencia: cuando la sociedad de acogida descubre que aunque necesitaba mano de obra, su llegada implicaba la llegada de personas.

Al parecer esta sociedad de acogida está sorprendida con este «añadido» que les ha representado encontrarse personas detrás de la mano de obra y aún están pensando como reaccionar. Nos corresponde a nosotros como «recién llegados», demostrar que el proceso de integración no es algo doloroso, y que por el contrario si las dos partes damos un paso al frente la integración será parte de un proceso natural y no fruto de una operación de alto riesgo cuyo objetivo parece que es implantar una prótesis. No digo que este proceso sea fácil, ni mucho menos sencillo pero desde el rechazo a los inmigrantes y una constante victimización por parte de estos últimos, no hay integración posible.

Ahora bien, ese «paso adelante» que debemos dar los inmigrantes como nuestro aporte a la integración, puede sonar extraño, ilógico e incluso injusto, sin embargo si no somos nosotros los que damos ese paso adelante, la sociedad de acogida no lo hará. Estamos en una sociedad que está sorprendida por la llegada de mano de obra y personas, que no sabe que hacer y nosotros somos coresponsables de facilitar ese primer paso. ¿Si ya nos recorrimos medio mundo, porque no intentar dar un paso adicional para facilitarnos las cosas?. Sobre cuales creo que deben ser esos pasos que debemos dar, por cuestión de espacio considero que es necesario una nueva entrada e incluso espero poder alimentarla con nuevos comentarios.

(1) Para complementar la «sociedad de acogida» se podría hablar que los inmigrantes somos una «incoming society»?

diciembre 29, 2006

Problemas de convivencia

Filed under: Barcelona,diversidad,inmigración,urbanismo — Oscar Mauricio @ 4:32 pm

La ciudad tiene su origen en una función que hoy en día es asumida cada vez más frecuentemente por los centros comerciales: concentrar en un mismo espacio una gran diversidad de productos y servicios para disfrutar el tiempo libre. Sin embargo, a diferencia de los centros comerciales, la ciudad debe cumplir un papel adicional y es el de ofrecer diversidad no solo de productos para la compra sino también el crear un espacio que favorezca el encuentro e intercambio de información entre personas. Es decir la ciudad no debe ser una larga fila de hormigas que camina hacia su fuente de comida, donde los encuentros son para corregir el camino hacia/desde el hormiguero, sino que la ciudad debe parecerse más a esas grandes lagunas en la selva donde diferentes animales van a alimentarse, donde la diversidad de encuentros potencia la vida. Encontrar el equilibrio entre especialización y diversidad urbana generará gran parte de los conflictos urbanos del futuro, un conflicto que es alimentado por los flujos migratorios tanto «locales» (desplazados por la violencia de la guerra) como «globales» (desplazados por la violéncia económica). Las alternativas se tienen que comenzar a discutir desde ahora.

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Hace un par de meses se dio en Barcelona –«la mejor tienda del mundo» como se autopromociona- una discusión que involucró a los residentes «de toda la vida» y los «nuevos catalanes». El centro del debate era la lenta pero constante concentración de almacenes cuyos propietarios son origen asiático, especialmente chinos, en una céntrica zona de la ciudad. La primera noticia que salió en los medios se referia a una recolecta de firmas que organizaron los propios vecinos para pedirle al ayuntamiento que prohibiera la apertura de nuevos locales «de chinos». Esta petición se basaba en que, según los vecinos, la identidad del barrio se estaba perdiendo. Es decir, que el bar, la carnicería o la peluquería que desde hace un par de décadas estaban en el barrio estaban dando lugar a la aparición de almacenes con productos de manufactura china o especializados en productos alimenticios de ese país. La respuesta que dio el ayuntamiento fue que ellos no podian restringir la implantación de nuevos locales en función del origen de sus propietarios, siempre y cuando cumplieran con todos los requisitos legales.

En torno a esto, se han escuchado diversas opiniones. La que quizás fue más difundida es la que argumenta una posición racista por parte de los vecinos al pedir que se nieguen licencias para abrir nuevos locales comerciales regentados por chinos. A primera vista es un argumento válido (considerar racista la petición), sin embargo también es interesante profundizar un poco más en este sentido, pues de como se enfoque esta situación, dependerá el manejo que se le dé a situaciones similares en el futuro. Para entender un poco lo complejo del problema, me gustaría poner un ejemplo de las quejas que tienen los vecinos:

Una señora que entrevistaron en televisión decía que una vez que iba por la calle frente a uno de estos almacenes cuando uno de los trabajadores escupió a la calle y casí le cae a ella en sus zapatos. El escupir en la calle es una costumbre bastante extendida en China y que no se considera extraña. Me imagino que para ellos la costumbre española que en el medio de una comida se limpien la nariz sin ningún disimulo ni en el gesto ni en los sonidos es para ellos igual de agresivo. Si un hábito diario es fuente de problemas, que puede pasar cuando se introduce la variable religión/creencias?….

Ante esta situación, cuantos de nosotros estariamos dispuestos a convivir en el medio de una comunidad en la cual corremos el riesgo que sin tener mala intención, nos escupan?… pero por el otro lado, a que se debe que los vecinos de otras zonas de la ciudad que tienden a una paulatina especialización de sus barrio (zapatos, informática, ropa…) no se han organizado para oponerse a esta dinámica?. La queja de los vecinos se dirije más a los dueños de los negocios o al tipo de negocio que hace que estén desapareciendo los «comercios de toda la vida»?.

La pregunta de fondo en estos viejos-nuevos problemas urbanos se encuentra en saber de quien es la ciudad: del inmigrante que viene a transformar y hacer evolucionar la ciudad actual (futuro)?… del vecino de toda la vida que a visto como se construye la ciudad actual (pasado)?… del turista que viene a disfrutar de la ciudad por unos cuantos días (presente)?… Al final son tres colectivos diferentes, cada uno con su propia percepción de los procesos de que transforman la ciudad y una imagen de la ciudad particular. Indudablemente saber como compaginar estas tres visiones diferentes es un reto que siempre ha existido, pero en la época de la glocalidad tiene un peso especialmente importante por la cantidad de personas afectadas.
*Llevaba un tiempo sin escribir, las fiestas de año nuevo y de navidad, espero que sean una buena excusa!!!!

noviembre 13, 2006

Pido la palabra

Filed under: ideas,inmigración,medios de comunicación,opinión,prejuicio — Oscar Mauricio @ 3:54 pm

«Hoy en día, la imaginación ocupa una buena parte del espacio que le era propio de la observación.» La sociedad invisible. La sociedad invisible. Daniel Innerarity Editorial Espasa, 2004, Madrid, España.

Hoy como nunca antes, las ideas son las que están moviendo el mundo: la idea del miedo es la que sostiene una guerra al terrorismo; la de ganancia es la que mueve la economía; la de mi-Idea-es-superior es la que mueve al fanatismo religioso o político; la de la laicidad es la que obliga a niñas que profesan el islam a quitarse el velo cuando van al colegio; todos son ejemplos de ideas que en mayor o menor medida hacen que las sociedades se transformen. En la actualidad el impacto que las ideas pueden tener, está condicionado por su difusión en los medios de comunicación, ya que los hechos que no se comunican es como si no hubieran existido. La experiencia directa, por lo tanto, ya no es la principal fuente de conocimiento, hoy en día son los medios. El conocimiento que tenemos de la realidad es sencillamente una percepción de “segunda mano”, una realidad filtrada y sesgada por lo que se comunica en los medios.

La multiplicidad, simultaneidad y complejidad de los acontecimientos que ocurren hoy en día, hacen que los medios de comunicación sean la única manera de abarcar, no siempre de entender, esa avalancha de información. La parte más compleja del proceso de informarse consiste, por lo tanto, en saber como procesarla e interpretarla. Sin embargo, los medios no nos facilitan esta labor, puesto que si se quiere obtener una opinión sobre las cosas que le afectan a los implicados se tiene que pasar por el filtro de las encuestas o por las opiniones de los expertos sobre el tema en particular.

Respecto a la dificultad que se tiene para realmente conocer lo que ocurre a nuestro alrededor, me gustaría mencionar dos casos muy sencillos: Para saber sobre los problemas que aquejan a la población inmigrante, se debe recurrir a las encuestas, que, como todos sabemos, pueden ser fácilmente condicionadas -cuando se le pregunta a un inmigrante que comparte una habitación con 5 desconocidos, si siente que tiene problemas para acceder a una vivienda digna por su condición de inmigrante, la respuesta más que probable es si. El segundo caso se relaciona con los medios que contratan a expertos para opinar lo que sienten, piensan o quieren determinados colectivos -lo cual me parece en algunas ocasiones particularmente arriesgado. Cuando leo a los expertos que escriben sobre inmigración me pregunto si es que los inmigrantes no tenemos la capacidad de opinar sobre lo que es mejor para nosotros. Parece que somos una hoja en blanco a la espera de ser escrita y descrita por los locales y muchas veces me hago la pregunta que si esos mismos expertos se considerarían representados por personas que no conocen de primera mano su realidad y sus motivaciones. ¿Si nos tienen al lado porqué seguimos siendo considerados como una población “de estudio” y no un grupo de opinión?. Para saber de primera mano lo que opinan los inmigrantes sobre la sociedad de acogida es necesario leer los periódicos destinados a estos colectivos, una situación que con el tiempo puede provocar «guetos informativos», espacios hechos por y para determinados colectivos.

Para ratificar lo anterior lo invito a buscar en los medios de comunicación, colaboradores habituales que sean provenientes de los colectivos a los que se refieren. Se podría argumentar que la visión que esas personas, sería extremista o como mínimo sesgada, ¿pero acaso no está igualmente sesgada la opinión del experto por su propia experiencia?, y sobretodo, si existe un discurso de integración y convivencia, ¿Como podemos pretender entender a aquel que no le damos voz para ser escuchado?

octubre 13, 2006

Tiempos modernos…

Filed under: Colombia,inmigración,trabajo — Oscar Mauricio @ 6:14 am

En el transcurso de poco más de una semana se han publicado dos estudios relacionados con el tema de la inmigración en España. Uno en el cual se afirma que Cataluña necesita, para mantener su estructura económica, al menos un millón de inmigrantes durante los próximos quince años, y otro en el cual se concluye que los inmigrantes extracomunitarios, debido al tipo de trabajos que desempeñan, reciben un salario 30% más bajo que el promedio de la población.

El primero de estos estudios es, en apariencia, una buena noticia para todas las personas que están quieren venir a trabajar a España: hay mucho trabajo. Sin embargo el segundo describe las condiciones en las cuales van a tener estos trabajadores: salarios bajos y trabajos que los locales ya no quieren. Las imágenes que acompañan estos estudios cuando los anuncian en los medios de comunicación muestran el perfil del inmigrante que se espera que llegue: persona joven, con nivel de preparación media, saludable, sin hijos y dispuesto a trabajar en las primeras etapas de producción, aquella donde los salarios son más bajos. Un subsahariano recogiendo frutas bajo el sol, una latinoamericana que limpia casas, el marroquí o indio que tiene su almacén abierto los 365 días, todas son imágenes que acompañan la presentación de estos estudios en los periódicos y los noticieros.

Cuando vi estas imágenes me acordé de la película “Tiempos modernos” de Chaplin, y en especial de dos imágenes. Una, en la cual el protagonista está trabajando en una línea de ensamblaje al más puro estilo fordista, y que es igual a la cadena de empaquetamiento de frutas que acompañaba la presentación del estudio sobre la necesidad de inmigrantes en la portada de un periódico; y otra, donde Chaplin termina siendo una parte más de la maquinaria, como si su trabajo fuera ser el aceite que le permite funcionar. El parecido entre la realidad y la película, es, tristemente, más que evidente.

Hace unos cuantos meses, un amigo me comentó que tenia que ir al aeropuerto a recoger a un grupo de más de 15 ingenieros de alimentos colombianos que venian a trabajar como camareros en uno de los restaurantes de comida rápida más importantes del mundo. Las condiciones: vivienda pagada por la empresa el primer mes, un salario de 700 euros al mes y si se quedaban más de un año el pasaje de avión le salía gratis. No pretendo juzgar las razones que motivaron a estas personas a aceptar estas condiciones, por el contrario, me parecen absolutamente respetables y valientes. Donde quiero llamar la atención es el inmenso desperdicio de recursos que Colombia está haciendo al dejar ir lejos de sus fonteras a su capital humano mejor preparado, y lo peor es que una vez afuera somos sencillamente “aceite de la maquinaria”. Pero lo paradójico es que en nuestro país bien podríamos ser el aceite y el engranaje de la maquina que nos puede sacar del atolladero en que nos encontramos.

(el periódico La Nación Latina publicó el 13 de Octubre esta nota en su sección de economía)

octubre 9, 2006

No por ser paranóico…

Filed under: desplazados,discriminación,inmigración — Oscar Mauricio @ 12:15 pm

Hace un par de meses intenté donar sangre. Un deber cívico que conjuntamente con el voto era de mi mis intenciones recién tuviera la mayoría de edad. He donado sangre varias veces tanto en Colombia como en España, sin ningún inconveniente. Sin embargo en esta ocasión no pude hacerlo. Incluso la donación de sangre tiene cambios cuando se introduce la variable «inmigración».

Aquellas personas que han donado sangre, saben que antes de la donación se tiene que rellenar un cuestionario con todo tipo de preguntas: «usa drogas?», «tiene una pareja sexual estable?», «está embarazada?» y cosas similares. En esta ocasión, después de rellenar este inmenso cuestionario y haberlo entregado a los encargados, me hicieron una última pregunta: «donde naciste?». Lo primero que pensé es que quería proponer un tema de conversación antes de clavar la aguja y el comentario siguiente iba a ser «todos los colombianos llevan el bailar salsa en la sangre» o algo parecido. Por supuesto, que como buen colombiano, le respondí con gran orgullo y una sonrisa en los labios: «en Colombia… porqué?». El encargado, sin asomo de curiosidad me responde: «no puedes donar sangre».

Por supuesto que mi sorpresa fue mayúscula y varias cosas se me pasaron por la mente. Me decía, entre otras cosas: «pero si yo no soy una mula y el invento de meterse cocaína por la nariz no es nuestro», «lo que faltaba, mi sangre no es tan buena o pura como la de los europeos» o «una prueba más del racismo creciente de Europa». En fin, muchas cosas se me pasaron por la cabeza, incluso consideré en levantarme de la mesa e irme indignado ante esa evidente prueba de discriminación. Sin embargo tomé aire, y me acorde de una frase que le oí a un amigo cuando se enfrentaba ante estos dilemas: «el que uno sea paranoico no garantiza que lo estén persiguiendo«. Así que pregunté, sin ninguna sonrisa en los labios y con la mayor calma posible, la razón de esta discriminación. La respuesta fue contundente: «Un nuevo protocolo nos exige que para evitar la aparición de nuevos casos en España, y ahora es necesario hacer la prueba de chagas a todas las personas nacidas de México para abajo, pero eso te lo diremos en un par de meses, cuando completemos un paquete de 100 muestras». Al final me deje tomar la muestra para hacerme la prueba y hace una semana me llegó el certificado que no soy portador.

El camino que tomamos muchos de los que inmigramos y nos enfrentamos a situaciones como la anterior, es decir cuando por nuestro origen nos dan un trato diferente, es culpar a la ignorancia que tiene la sociedad frente a lo que le es extraño. Es evidente que los inmigrantes muchas veces cargamos con el miedo de la sociedad que nos recibe ante lo que es diferente, y aunque muchas veces ese miedo e ignorancia es una realidad, en otras somos nosotros los que pecamos al hacer una lectura rápida de los hechos.

La inmigración en un país como España, que hasta hace poco fue de emigrantes, es un fenómeno reciente y ni los medios ni los políticos saben como enfrentarse a esa nueva situación, y muchas veces como reacción actúan con miedo y recelo. No estoy justificando la discriminación, por el contrario, yo he tenido que padecer a situaciones en las cuales por mi color de piel o aspecto, el trato es abiertamente diferencial, y por lo tanto conozco en carne propia lo que significa esa discriminación. Sin embargo mi autocrítica es en el sentido de la facilidad con que le echamos la culpa al otro, cayendo de esta manera en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.

Este miedo a lo diferente lo encontramos en todas partes y en todos los países. En Colombia, y guardando las inmensas proporciones que existen, cuantas veces hemos preferido desviar nuestro recorrido, unos metros o unas cuadras, al ver un grupo de desplazados por la violencia que vende chucherias en nuestras calles?. Hasta hace muy poco Colombia era un país eminentemente rural pero, a pesar de eso, le tenemos miedo al que viene a la ciudad buscando un [supuesto] mejor futuro. Si en nuestro país, le tenemos miedo al que viene de unos cuantos centenares de kilómetros, que decir de estos países que tienen que aprender a vivir con los que venimos de miles de kilómetros?.

septiembre 21, 2006

Las paradojas de la inmigración…

Filed under: África,inmigración — Oscar Mauricio @ 6:44 am

There are no illegal people, there are only outdated laws.

Como un gran logro, que por supuesto lo es, el gobierno español anuncia que acaba de lograr un acuerdo con el gobierno senegalés para repatriar a todos los inmigrantes que de manera ilegal han llegado a sus costas. A este fenómeno los medios de comunicación le dan calificativos propios de una catástrofe natural tales como «oleada» y «avalancha», matizando, quizás, el drama humano que se esconde detrás de cada una de estas personas. El año pasado y de acuerdo a la información recibida por la Cruz Roja, se cree que solo desde Mauritania murieron entre 1.500 y 2.000 personas en el mar tratando de alcanzar Europa.

El perfil de las personas que después de pasar una semana, o más, en altamar y tocan tierra, es bastante similar: Hombre entre los 20 y 30 años, en buenas condiciones de salud y sin documentación, lo que dificulta su proceso de identificación y repatriación. Al iniciar la travesía que los habría de llevar hasta las costas europeas, estas personas reciben todo el apoyo de su red de familiares. Es evidente, Europa, de acuerdo al imaginario colectivo, es una tierra llena oportunidades que al que logra alcanzarlas le garantiza a él y a red de apoyo unas mejores condiciones de vida. El que emigra, es una inversión en el futuro.

No se puede olvidar en el mundo la frontera con el mayor desequilibrio, en términos de ingresos per capita, es la que existe entre España y África, así que una vez se logre pasar esta frontera, las condiciones, teóricamente, habrían de mejorar. Pero estos inmigrantes no son conscientes de la gran distancia que hay entre las oportunidades y la posibilidad de aprovecharlas para alguien, que como ellos, vienen sin un permiso de trabajo. A esto se le puede sumar los prejuicios de la sociedad en cuanto a las diferencias de color de piel o religión, lo cual dificulta aún más su posibilidad de integrarse al mercado productivo y retribuir a sus familiares el apoyo que le dieron. En pocas palabras el panorama para el recién llegado no es el mejor.

El acuerdo logrado entre los gobiernos senegalés y español desactiva temporalmente una pequeña parte del problema, pues el grueso de la inmigración ilegal que llega a España lo hace a través de los aeropuertos internacionales. Este acuerdo quizás sea sencillamente el alimento para un problema mucho más grande en el futuro. Me explico: la persona repatriada, una vez que se reencuentra con su familia, tiene que asumir que gran parte de sus posesiones y ahorros fueron invertidos en su viaje pensando que, una vez en Europa, ese dinero se multiplicaría. Este drama se hace más grande cuando tienen que enfrentar la frustración personal y familiar por un sueño no cumplido. Es decir, si en el momento de su partida para Europa sus condiciones eran precarias, a su regreso las condiciones posiblemente serán peores, pues se aumenta la presión sobre los escasos recursos, reiniciando de esta manera, y con más fuerza, el proceso que lo motivó a partir hacia Europa.

Es claro que la manera de romper este círculo vicioso no es sencillamente aceptando sin condiciones a todos los inmigrantes ilegales que llegan, pues además de ser una propuesta demagógica es totalmente insostenible. Sin embargo, la repatriación tampoco es la solución, sino un aplazamiento de un problema más grande. Todo esto se enmarca dentro de la necesidad que tiene la economía española de mano de obra barata que cubra los trabajos que los locales no quieren cumplir, una baja natalidad y una sociedad envejecida que necesita de nuevos aportes que sostengan el sistema de seguridad social. La salida a esta encrucijada quizá sea por medio de la inversión en proyectos autosostenibles en los países de donde vienen los inmigrantes, pero si estas inversiones se hacen y tienen éxito, los inmigrantes dejarán de venir a Europa y entonces, quien trabajará en los puestos que ya nadie quiere?…

septiembre 12, 2006

Democracia culebrera…

Filed under: democracia,inmigración,subdesarrollo — Oscar Mauricio @ 12:28 pm

Ahora me estoy leyendo un libro que describe el orígen de las guerras raciales de África, aunque con la película Hotel Rwanda ya uno se puede imaginar el escenario: todas tienen en común que surgen despues de un proceso de abandono de las colonias por parte de las «civilizaciones» que fueron a llevarles generosamente «desarrollo», «democracia», «bienestar» y no se cuantos más «beneficios» para la sociedad de «acogida». En este paquete de beneficios tambien se incluian nuevas y eficientes formas de gestión de los inmensos recursos naturales con que contaban esos países. A fin de cuentas si no estaban lo suficientemente educados, como iban a explotar adecuadamente esos recursos?… si no tenian casi vehiculos, para que querian el petroleo?… si los adornos eran semillas y tintes naturales, para qué los diamantes y el oro?… si no tenian plantas nucleares, para qué el uranio?… para qué el carbón o el gas si no tienen plantas para transformarlas en energia??…. es más no tienen electricidad!!!….

«Gracias a Dios» la «civilización» fue y les llevo un poco de desarrollo, pero desafortunadamente son pueblos tan atrasados que hay que verlos, se siguen matando sin darse cuenta que ya casi no tienen recursos naturales por los que valga la pena matar.
Pero no hay motivo de preocupación, si lo que quieren es matarse, la «civilización» gustosamente les venderá armas eficientes a precios muy comodos, no hay motivo de preocupación, es más, les prestamos el dinero (intereses comodos) para que nos compren las armas, y sus ejercitos ya no están compuesto por adultos [todos murieron o están mutilados por la guerra] sino por niños… ya están listas para entregar armas livianas tan pequeñas y fáciles de usar que sus nuevos soldados pueden correr con ellas mientras atacan al enemigo [tambien compuesto por niños]. Eso si, para comprarlas a buen precio y de última tecnología existe una condición: esas armas no podrán ser usadas contra la «civilización»; Ni se les ocurra!!!!!!

Durante el tiempo que les ayudamos a salir de la pobreza invertimos inmensas cantidades de dinero en educación, sin embargo parece que eso no les sirvio de nada, ahí siguen matandose por nada. Así que para qué invertir más dinero en investigar en vacunas contra enfermedades propias de esos pueblos: malaria, chagas…. más bien preocupemonos en salvar el mundo desarrollado de la gripe aviar… es una enfermedad que ya esta tocando nuestras puertas, es un riesgo inminente, es un peligro!!. Acaso no se dan cuenta que ha matado a casi 100 personas en todo el mundo???… seguro que ese virus se formo en esas tierras «incivilizadas» y ahora la «civilización» tiene que pagar las consecuencias…. y como si fuera poco, ahora esos pueblos parecen que quieren la invadir la «civilización» con sus artesanales pateras y cayucos, como si tuvieran algo que enseñar o como si pensaran que aqui nos pueden ayudar… es que no tienen vergüenza!!!… y además tienen el descaro de decir que la mejor forma de evitar esa invasión es dandoles dinero para crear embalses y que ellos puedan cultivar y tener trabajo. La verdad es que es sorprendente que no se den cuenta que en esas tierras aridas ya no queda nada….

En fin, hoy me levante con rabia contra contra la humanidad… lo siento…

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